Título: De París a Cadiz.
Categoria: Alejandro Dumas padre
Género: Impresiones de viaje
Año de publicación: 1847
Publicación original: Publicada en el diario La Presse de París, 1847.
Edición original: París, Garnier Freres, 5 vols, 1847.
En la Biblioteca: Ediciones Silex, Madrid, 1992.
En Octubre de 1846, acompañado de un grupo de amigos y de su hijo, Dumas viaja a España como invitado a la boda del Duque de Montpensier con la infanta Luisa Fernanda, la hija menor de la reina Isabel II. Durante este viaje escribe sus impresiones a manera de cartas, que fueron publicadas en el diario francés La Presse.[i] El viaje comienza en tren, luego en diligencia y continúa en cualquier medio de trasporte imaginable hasta su primera escala en Bayona. Las etapas se suceden con dificultades para encontrar alojamiento, falta de sueño debido a los viajes nocturnos y las habitaciones poco confortables. El grupo llega a Burgos y finalmente a Madrid, donde se espera el enlace matrimonial.
Las festividades de la boda son múltiples: corridas reales, iluminaciones nocturnas, danzas, música y combates. Después, el grupo visita El Escorial, Aranjuez, Toledo y Granada, donde presencian una danza exotica de gitanos..
Se reanuda el viaje a Córdova, con arriesgadas e incomodas etapas, y bajo el peligro de los bandidos de la Sierra Morena; luego van a Sevilla para visitar el Alcázar, la Giralda y se narra la historia de una pobre bailarina llamada Carmen, que impresiona mucho al autor. Finalmente llegan a Cádiz, donde culmina este viaje con el embarque en el vapor que los conducirá a Argelia.
"Le voyage en Espagne" de Eugene Giraud. |
Pero es que Dumas en su libro hace una crítica despiadada de todo, describe el pais tan atrasado como cualquiera del Africa y no es justo en muchas de sus apreciaciones, lo que le valio la crítica e incluso el rechazo de los periodistas y escritores españoles. El famoso periodista español Ramón de Navarrete, director del diario La Gaceta, escribió un libro titulado “Verdades y Ficciones” donde hace un análisis de todas las historias inventadas por Dumas, e indignado concluye: “…No debio venir a echar sobre una nación, poderosa un dia, admirable siempre por sus virtudes, respetable por sus desgracias, la deshonrosa acusación de barbarie: llamándose Alejandro Dumas, no debio Ud tampoco abdicar su gloria ni deslustrar sus laureles. El águila solo es bella cuando se eleva y se pierde en los aires, remontándose hacia el firmamento; el hombre solo es grande cuando aparece extraño a las mezquinas pasiones y á los vulgares instintos de la multitud, como si quisiera asemejarse a la Divinidad…”[iii]
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